2.26.2011

Alice, in wonderland.


Despertar un día y aprecia que todo ha pegado un cambio drástico. En la pared, ahora hay un marco con la típica foto familiar. Levantarse y descubrir que eres diez años más vieja. Y que tienes amnesia.

2.01.2011

La muerte, otra vez. De Raúl Vacas.



Poema y análisis.

La muerte, otra vez.

Después de este silencio, tan hondo y tan hermético,
sólo te digo adiós,
sólo te digo que lo siento y que te quise,
que no te di aquel beso
que te dije,
que me olvidé, perdona, de tu dulce sufrir
y cuando quise verte ya no estabas
despierta,
que toqué tu rostro frío, tu rostro suave,
tan ausente, tan lejos de mis dedos y de mi beso,
que junté mis manos con las tuyas
y apreté los dientes contra el techo
para no llorar,
que te hablé
y me pareció escuchar tus besos,
tus palabras,
llenas de ruido y despedidas,
que levanté un castillo
en la mirada
para no ceder,
pero al llegar la noche recta,
cuando mis ojos se
fundieron con los sueños
y el cansancio,
el corazón de pronto se encharcó de nubes y
emociones
y los ojos tristes,
los que te vieron marchar
entre el cemento, se llenaron de tierra
y epitafios,
de recuerdos tontos, de ropa y mar.

La muerte, otra vez.





Comentario del poema: La muerte, otra vez.
Página 118.
Esto y ESO. Raúl Vacas. Editorial: Edelvives.

La primera vez que cualquier persona se enfrente a el poema “La muerte, otra vez”, sufre un mínimo desconcierto. Al leer “La muerte”, ya presentimos un tema triste o por lo menos melancólico, pero al aventurarnos en el “, otra vez”, nos damos cuenta de que quizás no sea tan sencillo como parece. Suponemos que título hace referencia a la reencarnación, o a la existencia de una segunda vida; indispensable para la existencia de la segunda muerte mencionada en la frase a trabajar. Y esto nos lleva al desconcierto, y a preguntarnos inevitablemente “¿Quién ha muerto; el protagonista o alguien importante para él?” “¿Otra vez? ¿Por qué es la segunda vez que se encuentra con la muerte?” Y nos abalanzamos sobre el resto del escrito para saciar nuestra sed de respuestas.
Con esto comenzamos la “investigación” sobre el texto.

La medida de los versos, de por si, no nos ofrece ninguna información adicional. Los versos son más extensos según el tiempo que quiere que empleemos para reflexionar sobre cada uno. Un claro ejemplo es la línea ocho; “despierta,”. Probablemente Raúl Vacas esté haciendo un énfasis sobre ese adjetivo, para formar una metáfora, y por eso coloque esa palabra solitaria, para que no pasemos de largo. Si no hubiera esa pausa, podríamos perfectamente pensar que lo que pasa es que la mujer de la que está hablando se echó una simple siesta. El verso de ocho sílabas es el que causa menos artificio y cabe destacar la ausencia de este. Podemos decir que el autor trata de destacar lo ficticio del asunto utilizando cambios exagerados de la medida de los versos.
Cuando nos fijamos en la rima, nos encontramos con versos sueltos que riman, dispersos y sin relación aparente. Las palabras que tienen rima asonante (porque no hay otro tipo de rima) son; (quise-dije) (beso-techo) Las conclusiones que podemos digerir son que “quiere decir” algo, aunque parece fruto de la casualidad. La ausencia de rima hace el texto más creíble, y al sumergirnos en este escrito esto nos lleva a la confusión; antes mencioné que quizás el autor tratase de destacar lo ficticio con la medida de los versos, y ahora señalo que la rima pretende esconder la falsedad de la situación. Todo esto nos lleva a pensar en una especie de equilibrio creado por el contraste de dos técnicas utilizadas de forma contraria. Un equilibrio que nos recuerda que todo esto se trata de un poema mientras nos hace identificarnos en él.

Lo que si podemos decir es que este poema es extremadamente romántico. El romanticismo es el planteamiento de deseos que después la realidad no cumple. La barrera que impide este amor, es la de la vida y la muerte; la mujer a la que le habla el hablante lírico (o la hablante lírica, no podemos descartar caso de lesbianismo, sólo decir que es menos probable puesto que el hablante real es hombre y los autores no se suelen poner en el papel del sexo opuesto) está muerta, o a menos muerta en un sentido metafórico.
Ahora comenzamos con los campos semánticos y las familias léxicas:
+Familias léxicas: (Dije, digo, digo). Y la palabra beso, que se repite hasta tres veces.
+Campos semánticos:
Partes del cuerpo; rostro, dedos, manos, ojos, dientes.
Paisaje: Mar, tierra, nubes y castillo. (Subcategoría: Elementos naturales: Mar, tierra y nubes)
Dormir: Silencio, noche, sueño.
Tristeza: tristes, llorar, silencio, cansancio, despedidas.

En éste último campo semántico me baso para afirmar que Raúl Vacas pretende crear una atmósfera triste y melancólica; pero de una manera suave.

Ahora pasamos a la parte más consistente del poema; las metáforas. El autor es sutil, aunque tampoco de una forma indescifrable. Un punto intermedio, que no hace pesada la lectura y que tampoco te sirve los sentimiento digeridos. En este aspecto, Raúl Vacas me parece magnífico. He de especificar que no todas los fragmentos recogidos en el siguiente apartado son metáforas; también hay frases o oraciones que creí conveniente explicar.

“Después de este silencio tan hondo y tan hermético”. El primer adjetivo es aceptable de por si; un silencio puede ser hondo. Pero... ¿hermético?
Según la RAE, hermético es algo impenetrable, cerrado, aun tratándose de algo inmaterial. Entonces, lo que a primera lectura podía parecer una metáfora, no lo es.
Continuamos; “apreté los dientes contra el techo”. Si he de ser sincera, aún no consigo entender esa frase por completo. En mi opinión, se refiere a aguanta, resistir extremos haciendo locuras. Aunque también podemos optar por tomárnoslo a lo literal y pensar que el hablante lírico se subió a una silla y se puso a arañar el techo con los dientes, pero resulta poco verosímil. O por lo menos, no encaja todo lo bien que debería encajar.
En resumen; es una metáfora que expresa la resistencia emocional, o lo que le duele al hablante la pérdida de la amada.
“levanté un castillo en la mirada”. Si mal no he entendido esta frase, se refiere a reprimir las ganas de llorar.

La estructura del poema, si nos fijamos es que los 31 versos del poema componen una misma oración. El punto y final es el único punto en todo el texto. Las ideas están encadenadas unas con otras. Esto le da una mayor rapidez a la obra.
Temática del poema; El anhelo de un amor muerto.
¿Cómo he llegado a esta conclusión? Por muchas razones;
“y cuando quise verte ya no estabas despierta”. Sin ese fragmento todo tendría un sentido distinto. Y no quiere decir que la joven haya muerto, si no que la relación entre el hablante y ella ha muerto, se ha marchitado. Bien puede ser por el fallecimiento de la mujer, bien por un distanciamiento...

Mi opinión: Este poema me ha cautivado. Realmente no se porqué, pero cuanto más lo leo, más me gusta. Me parece fascinante el modo en el que explica que se resistió a llorar, pero “los ojos que te vieron marchar, se llenaron de tierra y epitafios, de recuerdos tontos, de ropa y de mar”. Y luego, que el poema vaya dirigido al lector, también causa un impacto, porque te dice que estás muerto, o que para él estás muerto.
Si tuviera que puntuar este poema del 0 al 10 sería incapaz. Porque se merece un once.